Autorretrato en acuarela, 24 x 10 cms.
Ondina era un sirena de barrio que todas la noches soñaba con volverse pez.
Su cuerpo estaba a mitad camino entre el quiero y el puedo. Las noches de luna llena se sumergía a escondidas en la piscina y se encomendaba a las estrellas con la esperanza de acariciar escamas. Prometía nadar hasta el horizonte si las branquias le fueran concedidas.
Bajo las aguas oscuras boqueaba sin descanso hasta que se hacía de día. Entonces salía, secaba la piel reblandecida con una toalla de marca y se iba a trabajar.
Creep – Radiohead