Acrílico sobre lienzo con instalación electrica. 114 x 162.
“Cabeza confinada” es un sentimiento, un paisaje humano, es la radiografía de mi cabeza durante el confinamiento de marzo y abril de 2020.
Arrastré problemas de sueño durante tres meses que generaron en mí un nubarrón de desasosiego, una mezcla de miedo, impotencia, incertidumbre y esperanza… El comienzo del estado de alarma me pilló con angustia fuera de España y por eso, el poder confinarme en casa fue casi un alivio, un refugio en el que resguardarme de la tormenta que se cernía y que a todos nos salpicó.
Con la irritabilidad a flor de piel, pasamos por todos los estados de ánimo… Necesitados del contacto, nos dejamos llevar en muchos momentos por la avalancha de noticias que nos nublaba la mente y nos impedía pensar con claridad. Montados en el carro de la montaña rusa emocional nos dirigimos hacia horizonte poco claro, que a ratos destellaba un haz de esperanza, pero que a día de hoy sigue igual de oscuro.
Cabeza confinada cuenta con una instalación electrica que cada minuto emite suaves ráfagas que iluminan la tormenta.
Evanescence. «Bring me to my life»