Óleo sobre lienzo. 100 x 80 cms.
Hoy ha nevado en Zaragoza. La ciudad ha amanecido blanca y silenciosa, amortiguada. Luego se ha transformado en caos y bullicio, y a ha vuelto a ser ella.
La nieve es silencio, calma, quietud. La nieve es viento en la cara, ojos que lloran de frio, narices con moquita colgando.
La nieve es altura, pies que se hunden, sol que quema al final del invierno. La nieve es avalancha, velocidad, unos esquís abriendo huella, ritmo en las rodillas, respiración contenida, cuádricieps que queman. La nieve es mente en blanco. La nieve es libertad.